Estatua de la Virgen María ¿sí o no?
En referencia a la no autorización de la instalación de la estatua de la Virgen María en la rambla del Buceo, deseo expresar algunas ideas en mi calidad de ciudadana y habitante de esta ciudad.
Art. 5 de la Constitución: “Todos los cultos religiosos son libres en el Uruguay. El Estado no sostiene religión alguna….”
Se infiere de este artículo que el culto religioso cristiano católico también es libre. Por eso, desde hace unos años, a fines de enero se reúnen católicos (y seguramente también muchas personas que formalmente no lo son , ya que quizá no estén bautizadas) a rezar en un punto determinado de la Rambla del Buceo, el llamado Rosario de las Familias. De este fenómeno en crecimiento surgió la iniciativa de instalar allí en forma permanente una estatua de la Virgen María, Madre de Jesús, a costo de la Arquidiócesis de Montevideo. No se ha concedido aún esta autorización, ya que por “disciplina partidaria” un grupo de ediles votaría en contra.
¡Qué lástima sería que se perdiera una oportunidad de ejercitar el derecho a expresar la diversidad de opiniones y de pensamiento entre los ediles de un partido! Porque el recurso a la así llamada “disciplina partidaria” sugiere que seguramente más de uno o una dentro de ese colectivo, no se opondría personalmente a la iniciativa. Invocar la “disciplina partidaria” implica que habría algún pensamiento de estrategia colectiva para votar en contra de que se emplace una escultura de la Virgen María en un determinado punto de la ciudad.
¿Valdrá la pena dirigir las baterías contra una discreta representación material de esta mujer que vivió pacíficamente en Palestina hace 2000 años y que ha originado uno de los fenómenos de devoción popular más arraigados en todo el mundo, por ende también en Montevideo, Uruguay?
Mujer, pobre, de una provincia entonces insignificante en el gran Imperio Romano, María de Nazareth hoy en día es conocida en todo el mundo: representada por el arte en todos los colores y etnias, cantada por los poetas más diversos, incluso ha sido portada de revistas famosas no católicas. Podemos verla como un testimonio de que la proyección de una vida no tiene por qué surgir de la guerra o del poder.
María nos muestra la fuerza de lo sencillo, por ello es tan humana, cercana y atractiva para personas de todas las culturas.
Dentro de 100 años, ¿preferimos que esté su estatua embelleciendo la ciudad de Montevideo, o el registro histórico de una renovada versión del debate de Rodó de hace más de un siglo acerca de los crucifijos en los hospitales ?
Este tipo de controversia es propia de otros tiempos ya pasados y ojalá superados en Uruguay; en una sociedad moderna y plural bien cabe esta escultura de la Virgen María en la vía pública, sin agredir ningún sentimiento y como ejemplo de respeto a la diversidad de ideas y opiniones.
María Teresa Heller